LA ABUNDANCIA COGE EL RELEVO

La Abundancia coge el relevo
Autor:

Beatriz Antón beatriz.anton@lavoz.es
Fecha de publicación:
13/11/2009

Frente a la iglesia del Socorro, en pleno corazón de Ferrol Vello, abre sus puertas, desde hace ya ochenta años, todo un clásico del muelle: La Abundancia del Sur . «El nombre fue idea de un camionero vasco que venía a comer mucho por aquí, porque antes este lugar se llamaba Fuman Chú . Se lo puso el primer dueño del bar, por una película que había visto, pero al final decidió cambiárselo, porque sonaba un poco raro para Ferrol», explica Pura Piñón muy cerca de los fogones. Esta mujer de sonrisa enorme y gesto amable comandó el mítico mesón del puerto durante los últimos treinta años junto a su marido, Alfonso Pajón , pero el pasado verano, con la jubilación de él, llegó la hora del relevo. El restaurante pasó entonces a manos de Alberto Saavedra y Mónica Chao , un joven matrimonio del barrio, que ha cogido las riendas del negocio con una clara de visión de futuro (ya le han creado su propia página web y todo), pero sin olvidarse del pasado. Ni tampoco, por supuesto, de todos los sabores y olores por los que el mesón tiene fama: los callos, el caldo gallego, los pescados a la plancha... ¿Y cómo han conseguido conservarlos? Pues nada más y nada menos que contratando a Pura, que sigue estando al frente de la cocina. «Ahora los titulares del negocio somos nosotros... ¡Pero ella sigue siendo la jefa!», exclama Saavedra.
La Abundancia del Sur es un sitio de lo más peculiar. Sentados a la misma mesa lo mismo te puedes encontrar a una estudiante que a un turista o un trabajador del puerto. «También nos visita con cierta frecuencia gente que hizo la mili en la ciudad y que regresa para recordar viejos tiempos y enseñarles a sus hijos los lugares a los que solían ir cuando eran marineros», apunta Alberto. Sin embargo, la clientela no siempre fue tan variopinta. Pura, que llegó a Ferrol en 1979, después de dejar su Ortigueira natal y trabajar durante varios años junto a su marido en un comedor universitario de Cambridge -«donde aprendí a hacer el roastbeef , el roast chicken y el lemon soufflé »-, recuerda muy bien a sus primeros clientes. «Por la mañana venían sobre todo trabajadores de la Fábrica de Lápices, de Peninsular Maderera y del puerto, y ya por la tarde, los marineros del cuartel de instrucción», explica echando la vista atrás. Al principio el plato favorito era el «completo» -o sea, patatas fritas, filete y dos huevos-, pero después, y poco a poco, se fueron imponiendo los platos de Pura. «Lo que siempre tuvo más fama fue el caldo y los callos y yo creo que es porque los preparo exactamente igual a cómo los hacía mi abuela Antonia y por eso tienen ese sabor casero tan especial», dice Pura orgullosa. Con futuro. Las cosas han cambiado mucho desde aquellos años que Pura rememora. Ferrol Vello se fue cayendo poco a poco, víctima de la dejadez y el olvido, y muchos de los negocios que eran vecinos de La Abundancia, «como el bar de Paulino, el bar Vello, o El bodegón», tuvieron que cerrar sus puertas. Sin embargo, Pura y Alberto están convencidos de que Ferrol Vello ya tocó fondo y ahora toca remontar. Creen en el barrio y por eso vislumbran un futuro mejor. Aunque algunas cosas, dicen, nunca cambiarán. Como La Abundancia del Sur. «Pese a la crisis y al cambio de dueños, el mesón sigue haciendo honor a su nombre. La gente se va más que satisfecha», dice Pura entre risas.

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